viernes, 21 de octubre de 2011

Siempre con la frente en alto.

Es tan simple, que sorprende. Mantener la cabeza mirando para adelante, en el sentido metafórico y en el literal. Si andás con la cabeza baja nunca vas a poder ver las cosas, la gente que te va a ayudar a seguir adelante. Y aún peor es mirar siempre hacia atrás, los actos de los que te arrepentís, los errores cometidos, porque mirar al pasado no los va a solucionar. Sólo con la voluntad de pensar en el ahora va a llevarte a la cima.
Y yo pude hacerlo, pude mantener la frente en alto y la mirada hacia adelante. A pesar de mis errores, de mis sufrimientos, pude seguir. Y conseguí algo que hace dos semanas creí imposible. Por suerte pude seguir adelante, y ahora me resulta increíble haber dicho "Estoy devastado, y sé perfectamente por qué. Porque me estoy resignando a nunca más poder verte devolviéndome una mirada, una sonrisa." Realmente no puedo creer que yo dije eso.
Pude remediar mi error, porque paulatinamente me di cuenta de mi error, mi enferma obsesión. Espero aprender a controlarme, pero al menos sé que no hacer.
Por algo es que estoy feliz...
Feliz.
Feliz.
Que linda palabra, pero me causa temor. Temor porque no sé que pueda pasar mañana, si yo me mando una cagada, si ella decide que no vale la pena nada. Pero a lo que de verdad le tengo miedo, es a no ser feliz.


Pero lo más importante es que pude despiertar de ese sueño, ese sueño que dura toda la vida, y espero mantenermo despierto por un buen rato.

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