jueves, 13 de octubre de 2011

Nada quedó.

¿Qué fue? Ya pasaron dos meses y sigo teniendo esa intriga rondándome la cabeza, ¿qué fue lo que pasó? Fue todo tan repentino, como una rápida puñalada. Aún así con todo el esfuerzo que tuve que hacer para ganar tu confianza, nuestra amistad se fue debilitando de manera tan veloz, que sigo sin poder creerlo. Fue antes incluso de mi intento de declaración, esa dolorosa charla que tuve con vos, en una noche en la que todo me salió mal, y terminó peor.
Porque ese día, se fue nuestra amistad, la confianza que había, por más que no fuera tanta, pero yo la valoraba de una manera increíble. Es inimaginable cuanto daría por recuperarla, daría todo, absolutamente todo.
Estoy devastado, y sé perfectamente por qué. Porque me estoy resignando a nunca más poder verte devolviéndome una mirada, una sonrisa. Son cosas tan simples que demuestran tanto. Y sé que no ves la tristeza en mis ojos.
Quiero remendar mi error, pero no puedo. No puedo por no tener la fuerza, ni las ganas. No puedo porque no sé cuál fue mi error. Cada día que pasa pienso una cosa distinta, lo que ahora pienso es que mi único error fue enamorarme de vos. Pero aún así deseando tu amistad más que nada, sé que no la vas a aceptar sólo por no querer darme ilusiones. Pero esas ilusiones no existen, no me ilusiono con vos. Lo único que pienso de nosotros, son sueños, un sueño del cual me gustaría no poder despertar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario