lunes, 8 de octubre de 2012

La torre y la princesa

Imponente y maciza, con dureza asomaba su filosa punta entre el lúgubre panorama, vacío y desolador.

Solitaria y triste, similar al amor de los hombres abandonados por Afrodita, aterraba los corazones de hombres y mujeres. Pero algo había que les susurraba, que los atraía, como si fuese un dulce aroma.

Miles de peregrinos viajaban hasta aquí, con un mismo fin, un mismo desvelo.


Se hablaba de una larga, brillosa y cautivante cabellera. Unos profundos ojos, con mil y una historias para contar, para guardar, para inventar. Elegancia y simpleza al caminar, cautivando y transformado el mundo que quedaba tras ella.

Pero algo más interesante era lo que los llamaba…

A los ojos del corazón, esta dulce señora iluminaba vidas perdidas, alejadas del camino, del amor, de la verdad, la bondad. Pero a los ojos de la mente, del cerebro, esta princesa quedaba incorpórea, negándose a cautivar a estas personas.

Las almas sin rumbo se reunían en el mismo lugar, dispuestas a conocer el veredicto de este ser casi fantástico.

Cuentan las lenguas, indiferentemente de ser buenas o malas, que esta visita cambiaba el paradigma. Cómo en un ciclo interminable, los racionales conocieron el corazón, y los románticos enfrentaron a la razón.

Tiempo

Tic-tac, tic-tac
El reloj suena
Tic-tac, tic-tac
Implacable, siempre avanza
Tic-tac, tic-tac
No se detiene, no espera a los demás
Tic-tac, tic-tac, tic-tac, tic-tac…
Nace el fuego. Nace un alma
Un alma etérea, no decide si mostrarse
Tic-tac, tic-tac
El tiempo sigue su camino, eterno, sinuoso
Y bajo la luz de un nuevo sol, esta alma delicada e incorpórea, se atrevió a evolucionar
Tic-tac, tic-tac
Un niño juega, y el tiempo lo abraza, lo transporta
El tiempo vuela, pero al niño no le importa
Tic-tac, tic-tac
Se escucha música fuerte, se ven mujeres bailar
El humo inunda sus pulmones, y siente el tiempo detenerse
Vida rápida, efímera, frenética
Tic-tac, tic-tac
Una leve brisa asomaba la ventana
La suavidad de su frazada lo regocijaba, y los acordes de la guitarra, lo llevaban a otro mundo
El tiempo volaba, como siempre, sin detenerse, cual tren sin frenos
Tic-tac, tic-tac
Y el tiempo no se detuvo, no lo esperó, no le avisó cuando arrancar
Y el muchacho que durante su juventud vio pasar al tiempo, hoy se lamentaba de no haber caminado junto a él
Tic-tac, tic-tac
Planes frustrados, historias sin acabar
Resignación, el sentimiento más desolador
…pero el tiempo siguió avanzando…
Tic-tac, tic-tac, tic-tac, tic-tac…
El leve sonido del reloj, paulatinamente se convirtió en el fuerte sonar de una campana
Tic-tac, tic-tclang, clang, clang
Cuervos volaban alrededor de la cruz, que se le elevaba frente al abandonado y elegante horizonte
Clang, clang, clang
Las campanas de la iglesia anunciaban que la hora había llegado
Hombres de traje, y mujeres de negro iban llenando el lugar
Clang, clang, clang
Las lágrimas parecían inundar la sala
Clang, clang, clang
El tiempo le dedicó su última mirada al lugar, y siguió su camino
Clang, clang, clang
El fuego se apagó, y esta alma, bajo el velo de las nubes y besada por las gotas de una solemne lluvia, decidió volar junto al tiempo por primera vez


Inspirado en “Time” – Pink Floyd.