Fui
capturado una vez por cosas que no conocía
Y atrapado
me ven, intentando escribir poesía,
La que me
inspira mirarla de mi ventana y vacía
Veo la suya
y yo elijo observarla todos los días.
Y es que esa
piba,
Me cautiva
hasta en la forma en que respira.
Me encandila
cuando vil me desafía.
Y aun así no
tenerla es lo que más me lastima.
Y yo
sospecho
Que no
dormiré bien salvo que sea en su pecho.
Cuando me
mira a lo lejos, me llama y yo lo aprovecho,
Como una
hiena al acecho de restos saco provecho.
Es un exceso,
Pero que
puedo hacer si muero por esos besos.
Que en
cuanto más yo me esfuerzo más los alejo de mí.
Haga lo que
haga por ella toca sufrir. ¿Y qué decir?
No olvido
nuestras cartas ni las charlas en el corredor.
Tampoco
aquel reencuentro. Volví a elegirte a vos.
No olvidés
la despedida que no fue.
Ni todas las
veces que aunque quise no llamé.
Yo recuerdo
las mentiras, como un perro perdoné.
También
cuando dije que a tu lado tan sólo tiemblan mis pies.
Y se
amontonan mis palabras, ya no podía ni hablar,
Sin saber
que oír, ni que sentir ni cómo actuar.
Y es lo que
más me choca,
Cuando me
provocas
Y provocas
que actúe como un idiota.
Cambiaria
hasta un imperio, sólo por tener tu boca.
Si no te
tengo reina, no me sirve la corona.
Nada es lo
mismo sin vos,
Mi cuerpo te
pide a gritos.
Soy adicto
al dolor,
Por eso te
necesito.
Sé que no
puedo evitar,
Que sigan
nuestros caminos.
Si yo te
vuelvo a encontrar,
Quizá podremos
reunirlos,
Irnos del
mundo.
Si querés
nos vamos de la mano y sin rumbo.
Sino, lo construimos
hasta morirnos juntos.
Si te busco
no te encuentro, y si no lo intento me frustro.
Es muy
injusto…
El intentar
enamorarte
Sin
mostrarte nada que otro loco no pueda darte.
Y en cada
instante, pretendo ser importante,
Hasta que
luego volteo a ver si vos me miraste
Solo pienso
en tu voz,
Tu olor, el
sabor de tus labios, el color
De tu piel
bajo la noche o el sol,
El lunar en
tu nariz, tu rostro cuando sonreís
En fin, todo
lo que sos.
Vos sos mi
chica.
De a ratos
mi amiga,
Mi compañera
de vida.
No pidas que
te reciba
Si ya hay
respuesta querida
¿Cómo
decirte que no mirando aquellas pupilas?
Y la mitad
de mi tiempo lo paso mirándote:
Tus caprichos,
tus humores, tus locuras, tus porqués.
El largo de
tus dedos entre tu pelo.
Tus pies.
Lo perfecto,
los defectos, en efecto
Haces perder
la fe.
Lo que empezó
es porque ha de terminar
Te deseo lo
mejor, con quien quieras estar
Así que no
digo adiós, sé que eso no te va
Se feliz, mi
amor, hasta siempre jamás.