domingo, 3 de julio de 2016

Esa piba

Fui capturado una vez por cosas que no conocía
Y atrapado me ven, intentando escribir poesía,
La que me inspira mirarla de mi ventana y vacía
Veo la suya y yo elijo observarla todos los días.

Y es que esa piba,
Me cautiva hasta en la forma en que respira.
Me encandila cuando vil me desafía.
Y aun así no tenerla es lo que más me lastima.

Y yo sospecho
Que no dormiré bien salvo que sea en  su pecho.
Cuando me mira a lo lejos, me llama y yo lo aprovecho,
Como una hiena al acecho de restos saco provecho.

Es un exceso,
Pero que puedo hacer si muero por esos besos.
Que en cuanto más yo me esfuerzo más los alejo de mí.
Haga lo que haga por ella toca sufrir. ¿Y qué decir?

No olvido nuestras cartas ni las charlas en el corredor.
Tampoco aquel reencuentro. Volví a elegirte a vos.
No olvidés la despedida que no fue.
Ni todas las veces que aunque quise no llamé.

Yo recuerdo las mentiras, como un perro perdoné.
También cuando dije que a tu lado tan sólo tiemblan mis pies.
Y se amontonan mis palabras, ya no podía ni hablar,
Sin saber que oír, ni que sentir ni cómo actuar.

Y es lo que más me choca,
Cuando me provocas
Y provocas que actúe como un idiota.
Cambiaria hasta un imperio, sólo por tener tu boca.
Si no te tengo reina, no me sirve la corona.

Nada es lo mismo sin vos,
Mi cuerpo te pide a gritos.
Soy adicto al dolor,
Por eso te necesito.

Sé que no puedo evitar,
Que sigan nuestros caminos.
Si yo te vuelvo a encontrar,
Quizá podremos reunirlos,

Irnos del mundo.
Si querés nos vamos de la mano y sin rumbo.
Sino, lo construimos hasta morirnos juntos.
Si te busco no te encuentro, y si no lo intento me frustro.

Es muy injusto…

El intentar enamorarte
Sin mostrarte nada que otro loco no pueda darte.
Y en cada instante, pretendo ser importante,
Hasta que luego volteo a ver si vos me miraste

Solo pienso en tu voz,
Tu olor, el sabor de tus labios, el color
De tu piel bajo la noche o el sol,
El lunar en tu nariz, tu rostro cuando sonreís
En fin, todo lo que sos.

Vos sos mi chica.
De a ratos mi amiga,
Mi compañera de vida.
No pidas que te reciba
Si ya hay respuesta querida
¿Cómo decirte que no mirando aquellas pupilas?

Y la mitad de mi tiempo lo paso mirándote:
Tus caprichos, tus humores, tus locuras, tus porqués.
El largo de tus dedos entre tu pelo.
Tus pies.
Lo perfecto, los defectos, en efecto
Haces perder la fe.

Lo que empezó es porque ha de terminar
Te deseo lo mejor, con quien quieras estar
Así que no digo adiós, sé que eso no te va

Se feliz, mi amor, hasta siempre jamás.