Eres una
orquídea,
sé que no
lo sabes porque no tienes ni idea,
de todo lo
que te pienso
y todo lo
que me cuesta sentarme a escribirte versos.
Sé que en
su momento
yo bebí de
más.
Estabas entrando
en mí
y no te vi
llegar,
no debí
esperar,
y ahora te
tengo lejos
no sé ni
pensar; es que
no lo
quiero titular.
Puede sonar
ridículo,
pero eso
lo hago en el final
¿Y cómo
podría hacerlo?
Si todavía
pienso
que no
debe terminar.
Sé que
mentí la
vuelta que
te dije que no sentí las
veces que
me hice daño por llamar la atención.
Hoy solo
observo a un tonto perdido en la traducción
¿Comprendes
la dimensión?
Todo fue
distinto después que sentí tensión.
En tus
ojos verdes está el ser de mi inspiración,
soñando
con besarte, desnudarte
y desvestirte
los miedos...
que nunca muestras
a nadie para no sentirte menos.
Entremos en
tu terreno,
y entro en
tu corazón patinando sobre hielo.
Sólo sé
que te quiero,
tal vez no
nos conocemos,
pero una
vez lo hicimos.
Y todo lo
que vivimos
quizás para
vos fue menos
por eso es
que no te olvido
Anduve
viviendo calle, sin saber dónde ir
y me di
cuenta muy tarde que sacabas lo mejor de mí.
Te estoy
contando cosas que no me corresponden ¿y?
Soy el que
corre por el borde de su porvenir.
Espero que
algún día me perdones por decir
que al
caer de la noche, yo, no soy yo sin ti.
Y sí,
comprendo que no acostumbras
a lidiar
con los locos y soportar sus conductas.
Te
hartaste de las preguntas,
el día que
te fuiste, lo hiciste con mis columnas.
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